Cenas
En la Posada de Urreci, servimos cenas todas las noches . La oferta consiste en seis platos diferentes, que se renuevan cada día. En esto radica la singularidad de nuestra propuesta: todo lo que sale a la mesa está elaborado en el momento, con productos frescos de temporada.
Con ello rescatamos la esencia primitiva de la cocina casera de nuestros pueblos, la de la antigua ama de casa que cada día elegía en su entorno los ingredientes más frescos, naturales y sanos para dar a su familia lo mejor. Una cocina que en origen se concebía para alimentar, pero que hoy se ha convertido en exclusiva, por la imposibilidad de conseguir este tipo de ingredientes en los espacios urbanos, y el poco tiempo de que se dispone para elaborarlos.
La carta se determina cada día, en función de lo que nos ofrece la huerta, el monte, el río, el mercado, y los productores locales. Oscilan entre los 9,50 € de las verduras y entrantes, hasta los 15 € de las exclusivas setas de temporada
El Verano
El verano es la temporada de huerta de montaña, la de casa: vainas tiernas, acelgas, pepinos, nuestros incomparables tomates, cebollas, puerros, remolachas, maíz, lechugas y cogollos, y el calabacín, presente en multitud de recetas…
El verano es la temporada de huerta de montaña, la de casa: vainas tiernas, acelgas, pepinos, nuestros incomparables tomates, cebollas, puerros, remolachas, maíz, lechugas y cogollos, y el calabacín, presente en multitud de recetas…
Ahora es el momento de degustar las patatas fritas o asadas, recién desenterradas. Algo tan vulgarizado y sin embargo tan dificil de disfrutar ahora mismo.
En los prados abandonados crecen las borrajas y ortigas silvestres… y entre las setas, el rebozuelo y el boletus estivalis. Productos todos ellos de temporada corta, que hay que aprovechar.
Es también tiempo de la costera del bonito y la anchoa, tan apreciados por nuestros clientes, y por supuesto de las terneras serranas, de finísima textura y paladar. No olvidemos la casi desaparecida trucha común, que ya de común no tiene nada, por escasa y sin embargo, presente en nuestros ríos cameranos.
El Otoño
En el otoño, seguimos recogiendo tomate, así como zanahorias, borrajas y todo tipo de verduras de hoja, todas ellas deliciosas al natural, e imprescindibles para nuestras sopas, cremas y salsas.
También se recogen y asan los pimientos, en todas sus variedades: cristal, najerano, piquillo. Es el momento de envasarlos para todo el año, pero también de degustarlos en el momento sólos o en platos monumentales, como por ejemplo rellenos, o acompañando a un bacalao , a unos huevos recién puestos o a un lomo adobado o a cualquier preparación de cerdo
En el bosque, llega la explosión de las setas ( y de los seteros que nos visitan, atraídos por el paraíso que para ellos representa el bosque mixto ibérico). Entre todas ellas, las más perseguidas son el níscalo y el boletus edulis, sin desdeñar en absoluto los tricholomas, el pie azul, o las socorridas lepiotas.
En el invierno
Invierno suena a recogimiento, y a reconfortantes elaboraciones largas, al amparo de nuestros fogones. Legumbres, cocidas, patatas a la riojana, y cocina de despensa.
De la huerta se rescatan las espinacas, los imponentes cardos y se sacan de la tierra los puerros guardados en la época de nieve ( los más tiernos y sabrosos), para tomarlos sólos o como base de diferentes cremas.
El bosque nos ofrece la contundente caza mayor, base de recetas laboriosas y sabrosas, y de embutidos que se guardan hasta el verano.
Con todo ello, la reina del invierno es la matanza. Carnes frescas de cerdo, y conservas que duran todo el año. Nuestro revuelto de morcilla fresca es algo que no se olvida fácilmente, y los embutidos y patés serranos , cuyos sabores los cameranos llevan en su ADN
La primavera
Con la primavera , renace la huerta riojana, que nos regala los espárragos y las alcachofas, que junto a los guisantes y las habitas son la base de la menestra más espectacular.
Es también la temporada de dos de las setas más reconocidas y cotizadas: el perrochico y la senderuela.
Otra maravilla en peligro de extinción es la laboriosa cocina de la casquería, sobre todo la del corderito de leche: patitas, callitos, embuchados, nuestra famosa asadurilla el riojanísimo patorrillo, sólo presente ya en algunos reductos de la cocina más tradicional.
Para redondear, nuestros postres caseros tan sencillos como deliciosos, y el acompañamiento inevitable de nuestro vino riojano, que no necesita presentación.
Esperamos que nuestros clientes puedan disfrutar tanto degustando nuestros platos, como nosotros elaborándolos cada día.